• Tratamiento de la irritabilidad asociada con Trastorno
de Autismo: Risperidona está indicado para el tratamiento de la irritabilidad asociada con Trastorno de Autismo
en niños y adolescentes de 5 a 16 años de edad, incluyendo síntomas de agresión hacia otros, autolesión deliberada,
temperamento colérico y cambios de humor repentinos.
POSOLOGÍA Y FORMA DE ADMINISTRACIÓN:
• Esquizofrenia:
Adultos: Risperidona puede administrarse 1 (una) ó 2 (dos) veces al día. Los
pacientes deberían iniciar el tratamiento con 2 mg por día de Risperidona. La dosis puede incrementarse a 4 mg el
segundo día. A partir de ese momento, la dosis puede mantenerse sin cambios, o ajustarse en forma individual en caso
de ser necesario. Algunos pacientes pueden requerir una fase de titulación más lenta así como una dosis inicial y de
mantenimiento menores. El máximo efecto de risperidona fue generalmente visto en un rango de dosis de 4 a 8 mg/día,
sin embargo, dosis mayores a 6 mg/día no han demostrado ser más eficaz que dosis menores y estuvieron asociadas
a mayores síntomas extrapiramidales y otros efectos adversos. La seguridad de dosis mayores a 16 mg/día no ha sido
evaluada en estudios clínicos. La efectividad de risperidona en dosis de 2 a 8 mg/día en el mantenimiento, fue demostrada
en un estudio clínico controlado donde no se observó recaída durante 1 a 2 años de continuación del tratamiento,
en pacientes que han sido estabilizados en 4 semanas con la medicación. Sin embargo, los pacientes deberían ser
reevaluados para determinar la necesidad del tratamiento de mantenimiento con una dosis adecuada.
Adolescentes:
La administración de Risperidona deberá iniciarse con una dosis de 0,5 mg una vez al día, administrada por la mañana
o por la noche. Los ajustes posológicos, si estuvieran indicados, se realizarán a intervalos no inferiores a 24 hs, en incrementos
de 0,5 ó 1 mg/día, según tolerancia, hasta alcanzar la dosis recomendada de 3 mg/día. Si bien su eficacia fue
demostrada en estudios llevados a cabo en adolescentes esquizofrénicos con dosis de entre 1 y 6 mg/día, no se observó
beneficio adicional por encima de los 3 mg/día, y dosis más altas se vieron asociadas con más eventos adversos.
No se han estudiado dosis superiores a 6 mg/día. Los pacientes con somnolencia persistente pueden beneficiarse con
la administración de la dosis en dos tomas diarias. No existen datos derivados de estudios controlados que avalen un
período de tratamiento con risperidona más allá de las 8 semanas en adolescentes con esquizofrenia. El médico que
escoge el empleo de Risperidona durante períodos prolongados en adolescentes esquizofrénicos deberá reevaluar
periódicamente la utilidad a largo plazo del fármaco para el paciente en particular.
• Tratamiento de la manía bipolar:
1. Dosis Usual:
1.1.Adultos: Risperidona debe ser administrado una vez al día, comenzando con 2 a 3 mg/día. Los ajustes en
la dosis deben implementarse a intervalos no menores a 24 horas y los incrementos/decrementos deberán ser realizados
a razón de 1 mg/día. La eficacia antimaníaca fue demostrada en un rango de dosis de 1 a 6 mg/día. No han sido
estudiadas dosis mayores a 6 mg/día.
1.2.
Niños y adolescentes: El tratamiento con Risperidona deberá iniciarse con dosis
de 0,5 mg una vez al día, administrada por la mañana o por la tarde. Los ajustes posológicos, si estuvieran indicados,
deberán realizarse a intervalos no inferiores a 24 horas, en incrementos de 0,5 ó 1 mg/día, según tolerancia, hasta alcanzar
la dosis recomendada de 2,5 mg/día. Si bien la eficacia del fármaco fue demostrada en estudios llevados en pacientes
pediátricos con manía bipolar que recibieron dosis de entre 0,5 y 6 mg/día, no se observó beneficio adicional con
más de 2,5 mg/día, y dosis más altas se vieron asociadas con más eventos adversos. No se han estudiado dosis superiores
a los 6 mg/día. Los pacientes con somnolencia persistente podrán beneficiarse tomando la mitad de la dosis diaria
total en dos tomas al día.
2.
Dosis de Mantenimiento: Aún no existe evidencia basada en estudios clínicos acerca del
tratamiento a largo plazo con risperidona en los pacientes con manía que respondieron al tratamiento agudo. Si bien se
está generalmente de acuerdo que el tratamiento farmacológico debe continuar una vez solucionado el periodo agudo
(tanto para el mantenimiento de la respuesta inicial como para la prevención de nuevos episodios maníacos), no existen
hasta la fecha antecedentes que justifiquen el uso de Risperidona más allá de las tres semanas de tratamiento. El
médico que escoge el empleo de Risperidona durante períodos prolongados deberá reevaluar periódicamente los riesgos
y beneficios a largo plazo del fármaco para el paciente en particular.
• Tratamiento de la irritabilidad asociada
con Trastorno de Autismo:
La seguridad y efectividad de Risperidona en pacientes pediátricos menores a 5 años con
trastorno de autismo no ha sido establecida. La dosis debería ser adecuada a la respuesta y tolerabilidad del paciente.
Dosis inicial: en pacientes <20 kilos, 0,25 mg/día y en pacientes ≥20 kilos, 0,5 mg/día. Luego de 4 días de tratamiento
la dosis puede incrementarse en pacientes <20 kilos a 0,5 mg/día y en pacientes ≥20 kilos a 1 mg/día; esta dosis
debe mantenerse por un mínimo de 14 días. En pacientes que no tienen suficiente respuesta clínica, los incrementos
de dosis pueden realizarse a intervalos mayores o iguales a 2 semanas, en incrementos de 0,25 mg/día para los pacientes <20 kilos, ó 0,5 mg/día para los pacientes ≥20 kilos. Debería tenerse precaución en la dosificación en los niños con
un peso <15 kilos. La mayoría de los pacientes que mostraron respuesta al Risperidona, recibieron dosis entre 0,5-2,5
mg/día. La dosis máxima que se encontró cuando el efecto terapéutico alcanzó la meseta fue de 1 mg en niños con
peso <20 kilos, 2,5 mg en niños con peso ≥20 kilos ó 3 mg en niños con peso >40 kilos. No hay datos de dosis en niños
con peso <15 kilos.
Poblaciones especiales:
En pacientes ancianos, debilitados, con insuficiencia renal, con insuficiencia
hepática o pacientes que tienen predisposición a tener hipotensión, se recomienda una dosis inicial de 0,5 mg, 2
veces por día. Esta dosis puede ajustarse individualmente con incrementos no mayores de 0,5 mg, 2 veces por día. Los
incrementos a dosis mayores de 1,5 mg, 2 veces al día, deberían ocurrir a intervalos mínimos de 1 semana.
Cambio de
otros antipsicóticos a Risperidona:
Cuando se indique médicamente, se recomienda la interrupción gradual del tratamiento
previo mientras se inicia el tratamiento con Risperidona. El periodo de superposición de los antipsicóticos debería ser
minimizado. Cuando se cambie al paciente de antipsicóticos de depósito, se recomienda iniciar el tratamiento con Risperidona en lugar de la siguiente inyección. Si el paciente estuviera recibiendo medicación para los síntomas extrapiramidales,
debería reevaluarse periódicamente.
EFECTOS COLATERALES:
Basados en la extensa experiencia clínica
disponible, incluyendo tratamientos a largo plazo,
risperidona
es generalmente bien tolerado. En muchas circunstancias ha
sido difícil diferenciar los efectos colaterales de síntomas de
enfermedades subyacentes. Los efectos colaterales asociados con el uso
de
risperidona
son los siguientes:
Comunes: insomio,
agitación, ansiedad, cefaleas.
Poco comunes:
somnolencia, fatiga, mareos, falta de concentración, constipación,
dispepsia, náuseas/vómitos, dolor abdominal, visión borrosa,
priapismo, disfunción eréctil, disfunción eyaculatoria, disfunción
orgásmica, incontinencia urinaria, rinitis, eritema y otras reacciones
alérgicas. Se han observado casos de accidentes cerebrovasculares
durante el tratamiento con
risperidona.
La
risperidona posee menor
propensión a inducir síntomas extrapiramidales que los neurolépticos
clásicos. Sin embargo, en algunos casos pueden producirse los
siguientes síntomas extrapiramidales: temblor, rigidez, salivación
excesiva, bradiquinesia, akatisia, distonía aguda. Estos son
generalmente leves y reversibles con la reducción de la dosis y/o la
administración de una medicación antiparkinsoniana, si fuera
necesario.
Ocasionalmente, luego de la
administración de
risperidona (véase Precauciones y Advertencias) se ha
observado hipotensión (ortostática) y taquicardia (refleja) o
hipertensión. Se ha reportado un leve descenso en el recuento de
neutrófilos y/o plaquetas.
La
risperidona puede inducir un
incremento dosis-dependiente en la concentración plasmática de
prolactina. Las manifestaciones posibles asociadas son: galactorrea,
ginecomastia, trastornos menstruales, y amenorrea.
Se ha observado aumento de peso
(véase Precauciones y Advertencias), edema y aumento de enzimas
hepáticas durante el tratamiento con
risperidona .
Como con los neurolépticos
clásicos, ocasionalmente se ha reportado lo siguiente en pacientes
psicóticos: intoxicación acuosa debida a polidipsia o a sindrome de
secreción inadecuada de hormona antidiurética (SSIHA), disquinesia
tardía, síndrome de hipertermia maligna, disrregulación de la
temperatura corporal y convulsiones.
FARMACOCINÉTICA:
Risperidona se absorbe
completamente después de la administración oral, alcanzando
concentraciones plasmáticas máximas en 1 ó 2 horas después de
administrado. La absorción no se ve afectada por las comidas, por lo
tanto risperidona puede administrarse con o sin las comidas.
Risperidona se metaboliza a 9-hidroxi-risperidona
mediante el citocromo P-450 IID6, el cual posee una acción
farmacológica similar al risperidone. Risperidona y 9-hidroxi-risperidone
forman la fracción antipsicótica activa. Otro paso metabólico de
risperidona es la N-dealquilación.
Después de la administración
oral a pacientes psicóticos, risperidona se elimina con una vida media
de aproximadamente 3 horas. La vida media de eliminación de 9-hidroxi-risperidone
y de la fracción antipsicótica activa es de 24 horas.
Los niveles estables de
risperidona se alcanzan en 1 día en la mayoría de los pacientes.
Niveles estables de 9-hidroxi-risperidona se alcanzan después de 4-5
días de dosificación. Las concentraciones plasmáticas de risperidona
son proporcionales a la dosis dentro del rango de dosis terapéuticas.
Risperidona se distribuye
rápidamente. El volumen de distribución es 1-2 l/kg. En plasma,
risperidona se une a la albúmina y a la glicoproteína ácida alfa1.
La unión de risperidona a las proteínas plasmáticas es del 88%, la de
9-hidroxi-risperidona es del 77%.
Una semana después de la
administración, el 70% de la dosis se excreta por orina y un 14% por
heces. En orina, risperidona y 9-hidroxi-risperidone representan entre
el 35 - 45% de la dosis. El resto son metabolitos inactivos.
Un estudio con dosis única
demostró concentraciones plasmáticas activas más elevadas y una
eliminación más lenta de risperidona en personas de edad avanzada y en
pacientes con insuficiencia renal. Las concentraciones plasmáticas de
risperidona fueron normales en pacientes con insuficiencia hepática.
CONTRAINDICACIONES:
La risperidona está contraindicada en
pacientes con conocida hipersensibilidad al producto.
ADVERTENCIAS:
Eventos adversos cerebrovasculares en pacientes ancianos con psicosis relacionada a demencia: Han sido comunicados
eventos adversos cerebrovasculares que incluyen ACV (accidente cerebrovascular) y AIT (accidente isquémico transitorio),
en los ensayos clínicos controlados con placebo en pacientes añosos (edad promedio 85 años) con psicosis relacionada
a demencia. En estos estudios clínicos, la incidencia de eventos cerebrovasculares fue mayor en los pacientes
tratados con risperidona que con placebo.
Mortalidad en pacientes ancianos con psicosis relacionada a la demencia: En pacientes ancianos con psicosis relacionada a demencia, tratados con antipsicóticos atípicos, se ha observado
un riesgo aumentado de muerte. El análisis de 17 estudios clínicos de antipsicóticos atípicos comparados a placebo,
con una duración de 10 semanas, reveló un incremento del riesgo de muerte de 1,6 a 1,7 más alto en los pacientes
que tomaban droga versus placebo. Las causas de muerte fueron variadas, mayormente fueron de causa cardiovascular
(insuficiencia cardíaca, muerte súbita) o infecciosa (neumonía).
Risperidona no está aprobada para el tratamiento de desórdenes de conducta en pacientes ancianos con demencia.
Hiperglucemia y diabetes mellitus: Han sido reportados, en pacientes tratados con antipsicóticos atípicos, incluyendo
risperidona, casos de hiperglucemia, algunos asociados con cetoacidosis, coma hiperosmolar o muerte. El riesgo
preciso estimado de padecer hiperglucemia como evento adverso de drogas antipsicóticas no ha sido establecido. Los
pacientes con un diagnóstico de diabetes mellitus, quienes comiencen a ser tratados con antipsicóticos atípicos, deben
ser controlados regularmente con análisis de glucemia. Los pacientes con factores de riesgo de padecer diabetes
mellitus (obesidad, antecedentes familiares), quienes comiencen a ser tratados con antipsicóticos atípicos, deberían
realizarse un análisis de glucemia en ayunas, al comienzo del tratamiento y periódicamente durante el tratamiento. Los
pacientes que comenzaran tratamiento con antipsicóticos atípicos, debería ser controlada la aparición de síntomas de
hiperglucemia, incluyendo polidipsia, poliuria, polifagia y astenia. Los pacientes que desarrollaron síntomas de hiperglucemia
durante el tratamiento con antipsicóticos atípicos, deberían realizarse controles con análisis de glucemia en
ayunas. En algunos casos, la hiperglucemia ha desaparecido con la discontinuación de los antipsicóticos atípicos, sin
embargo, algunos pacientes necesitaron continuar tratamiento con drogas antidiabéticas.
Síndrome neuroléptico maligno: Se ha informado con el uso de neurolépticos, un síndrome denominado
síndrome neuroléptico maligno, caracterizado por hipertermia, rigidez muscular, alteraciones de la conciencia
e inestabilidad autonómica como: pulso irregular, taquicardia, cambios de la presión arterial, etc., asociados a elevaciones
de la CPK. Puede cursar con mioglobinuria y compromiso renal. En estos casos se debe discontinuar el uso de
risperidona. El manejo del síndrome neuroléptico maligno debería incluir: 1. discontinuación inmediata de la droga
antipsicótica y otras drogas no esenciales para el tratamiento actual;
2. tratamiento de los síntomas y monitoreo médico;
3. tratamiento de alguna enfermedad seria concomitante que tenga su terapia específica. Si un paciente requiere
tratamiento con drogas antipsicóticas luego de la recuperación del síndrome neuroléptico maligno, debería evaluarse
cuidadosamente y el paciente monitoreado estrechamente.
Disquinesias tardías: Los pacientes tratados con antipsicóticos
pueden desarrollar un síndrome, potencialmente irreversible, caracterizado por movimientos involuntarios (disquinesias).
El riesgo a padecerlas parece ser más alto entre los ancianos, especialmente en el sexo femenino. No es
posible predecir cuáles pacientes desarrollarán este síndrome. El riesgo de padecer disquinesias tardías y la probabilidad
que sean irreversibles aumenta con la duración del tratamiento y con la dosis acumulativa total de drogas antipsicóticas.
Sin embargo, el síndrome puede desarrollarse, aunque con mucha menor frecuencia, después de tratamientos
relativamente breves a dosis bajas. No existe tratamiento conocido para los casos establecidos de disquinesias tardías,
aunque el síndrome puede remitir, parcial o completamente, si el tratamiento del antipsicótico se suspende. El tratamiento
a largo plazo debe reservarse para pacientes que padecen una enfermedad crónica y que sean respondedores
al tratamiento y para aquellos que no tengan otra alternativa terapéutica igualmente eficaz. En estos pacientes debe
administrarse la dosis efectiva mínima y durante períodos cortos que produzcan una respuesta clínica satisfactoria. La
necesidad del tratamiento a largo plazo debe supervisarse periódicamente. Si aparecen signos y síntomas de disquinesias
tardías en un paciente bajo tratamiento con risperidona, debe considerarse la interrupción del mismo. Sin embargo,
algunos pacientes pueden requerir tratamiento con risperidona a pesar de la presencia de este síndrome.
PRECAUCIONES:
Embarazo y Lactancia: La seguridad de
risperidona
durante el embarazo no ha sido establecida. A pesar que en estudios
experimentales con animales, risperidona no mostró toxicidad
reproductiva directa, se observaron algunos efectos indirectos como
efectos mediados por la prolactina y efectos mediados por el SNC. En
ningún estudio se observaron efectos teratogénicos. Por lo tanto,
risperidona sólo debería usarse durante el embarazo si los beneficios
posibles superan los riesgos potenciales. No se sabe si
risperidona se
excreta por leche humana. En estudios en animales, risperidona y 9-hidroxirisperidona
se excretan por la leche. Por lo tanto, las mujeres que estén
recibiendo
risperidona no deberían amamantar.
Efectos sobre la capacidad de conducir y utilizar
maquinaria: La
risperidona
puede interferir con aquellas actividades que requieran alerta mental.
Consecuentemente, debe aconsejarse a los pacientes no conducir ni manejar
maquinaria hasta conocer su susceptibilidad particular al producto.
INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS:
El riesgo de emplear
risperidona
en combinación con otras drogas no ha sido sistemáticamente evaluado.
Debido a los efectos primarios de
risperidona sobre el SNC, debería
usarse con precaución en combinación con otras drogas que actúen a
nivel central.
La
risperidona puede antagonizar el
efecto de levodopa y de otros agonistas dopaminérgicos.
Se ha demostrado que la
carbamacepina disminuye los niveles plasmáticos de la porción
antipsicótica activa de
risperidona. Se pueden observar efectos
similares con otras drogas inductoras de las enzimas hepáticas. Al
discontinuar la carbamacepina u otras drogas que estimulan enzimas
hepáticas, se debería re-evaluar la posología de
risperidona y, en caso
de ser necesario, disminuírla.
Fenotiazinas, antidepresivos
tricíclicos y algunos B-bloqueantes pueden aumentar las
concentraciones plasmáticas de risperidone pero no aquellas de la
fracción antipsicótica. Fluoxetina puede aumentar las concentraciones
plasmáticas de risperidone, pero menos respecto a la fracción
antipsicótica. Cuando
risperidona se administra conjuntamente con otras
drogas que se unen fuertemente a proteínas, no se produce un
desplazamiento relevante de las proteínas plasmáticas de ninguna de
las drogas.
Los alimentos no afectan la
absorción de
risperidona.
SOBREDOSIS:
Síntomas: En
general, los signos y síntomas reportados han sido aquellos
resultantes de una exageración de los efectos farmacológicos conocidos
de la droga. Estos incluyen somnolencia y sedación, taquicardia e
hipotensión, y síntomas extrapiramidales. Se han reportado sobredosis
de hasta 360 mg. La información disponible sugiere un amplio margen de
seguridad. En sobredosis, se han reportado raros casos de prolongación
del QT.
En caso de sobredosis aguda, se
deberá considerar la posibilidad de compromiso con múltiples drogas.
Tratamiento: Se
deberá establecer y mantener una vía aérea permeable, y asegurar una
adecuada oxigenación y ventilación. Se deberá considerar el lavado
gástrico (después de la intubación, si el paciente está inconsciente)
y la administración de carbón activado junto con un laxante. El
monitoreo cardiovascular debería comenzar inmediatamente y debería
incluir monitoreo electrocardiográfico continuo para detectar posibles
arritmias.
No existe antídoto específico para
risperidona. Por lo tanto, se deberán administrar apropiadas
medidas de sostén. Si se produjera hipotensión y colapso circulatorio,
se deberán tratar con apropiadas medidas como líquidos intravenosos
y/o agentes simpaticomiméticos. En caso de síntomas extrapiramidales
severos, se debería administrar medicación anticolinérgica. Se deberá
continuar con estrecha vigilancia médica y monitoreo hasta que el
paciente se recupere.
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