delirios y alucinaciones
(probablemente debido a una interacción en los tejidos límbico y
mesocortical) y una actividad sobre los ganglios basales (vía
nigrostriada).
Haloperidol produce una eficaz sedación psicomotriz, que explica el
favorable efecto que produce en manía y otros síndromes de agitación
(ver
Indicaciones).
Sobre la base de su actividad límbica, haloperidol posee una actividad
sedativa neuroléptica y ha demostrado ser útil como adyuvante en el
tratamiento del dolor crónico.
La actividad sobre los ganglios basales probablemente sea la razón de
los
indeseables efectos motores extrapiramidales (distonía, acatisia y
parkinsonismo).
Los efectos antidopaminérgicos más periféricos explican su acción sobre
náuseas y vómitos (vía la zona quimiorreceptora gatillo), la relajación
de los
esfínteres gastro-intestinales y el aumento de liberación de prolactina
(a
través de una inhibición de la actividad del factor de inhibición de la
prolactina, PIF).
Indicaciones:
Como agente neuroléptico en: - Delirios y alucinaciones en:
Esquizofrenia aguda y crónica;
Paranoia;
Estados confusionales agudos, alcoholismo (síndrome de Korsakoff) - Delirios hipocondríacos - Trastornos de la personalidad: paranoide, esquizoide, tipo
esquizofrenia,
antisocial, borderline y otras personalidades. Como agente anti-agitación psicomotriz en: - Manía, demencia, retraso mental, alcoholismo; - Trastornos de la personalidad: compulsiva, paranoide, histriónica y
otras
personalidades. - Agitación, agresividad, impulsos delirantes en pacientes geriátricos. - Trastornos de conducta y del carácter en niños. - Movimientos coreicos. - Singulto (Hipo). - Tics, tartamudeo.
Como adyuvante en el tratamiento del dolor crónico severo: Sobre la base de su actividad límbica, Haloperidol generalmente permite
reducir la dosis del analgésico (habitualmente un morfinomimético).
Como antiemético en: Náuseas y vómitos por varias causas. Haloperidol es la medicación de
elección
cuando las medicaciones antinauseosas y antieméticas clásicas no son lo
suficientemente activas
Posología y Formas de Administración:
Las dosis sugeridas son sólo promedios, por lo tanto se debe ajustar la
dosis
en forma individual para cada paciente, de acuerdo con la respuesta al
tratamiento. Esto generalmente implica una titulación ascendente durante
la
fase aguda, y una reducción gradual durante la fase de mantenimiento, de
modo de poder determinar la dosis efectiva mínima. Dosis altas sólo
deberían ser administradas a pacientes con baja respuesta a esquemas
posológicos con bajas dosis.
Adultos:
- Como agente neuroléptico:
* Fase aguda: episodios agudos de esquizofrenia, delirium tremens,
paranoia, confusión aguda, síndrome de Korsakoff, paranoia aguda.
5-10 mg IV o IM, repetida cada hora hasta obtener un suficiente control
sintomático o hasta un máximo de 60 mg/día. Cuando se administra por vía
oral, se necesitará prácticamente el doble de la dosis antes mencionada.
* Fase crónica: esquizofrenia crónica, alcoholismo crónico, trastornos
crónicos de la personalidad.
1 - 3 mg 3 veces por día por vía oral, pudiendo incrementarse a 10 - 20
mg
3 veces por día, dependiendo de la respuesta.
- Para la agitación psicomotriz:
* Fase aguda: manía, demencia, alcoholismo, trastornos de la
personalidad,
conducta y carácter, singulto, movimientos coreicos, tics y tartamudeo.
5-10 mg IV o IM.
* Fase crónica: 0.5 - 1 mg 3 veces por día por vía oral, pudiendo si
fuera
necesario incrementarse a 2 - 3 mg 3 veces por día para obtener una
buena
respuesta.
- Como adyuvante en el tratamiento del dolor crónico:
0.5 - 1 mg 3 veces
por
día por vía oral, pudiendo ajustarse si fuera necesario.
- Como anti-emético:
* Vómitos centrales: 5 mg IV o IM
* Profilaxis de vómitos post-operatorios: 2.5-5 mg IV o IM al finalizar
la
cirugía.
En pacientes geriátricos:
El tratamiento deberá iniciarse con la mitad de la dosis para adultos y
ajustarse de acuerdo con la respuesta.
En niños:
1 gota (0.1 mg) cada 3 kg de peso corporal 3 veces por día por vía oral;
puede ajustarse en caso de ser necesario.Efectos colaterales y
secundarios:
Administrado en bajas dosis (1 ó 2 mg/día), los efectos adversos son
infrecuentes, leves y transitorios. En pacientes que reciben dosis más
altas
pueden aparecer algunos efectos colaterales con mayor frecuencia.
Los más comunes son los efectos a
nivel neurológico.
Síntomas Extrapiramidales:
Al igual que con todos los neurolépticos,
pueden aparecer síntomas extrapiramidales como temblor, rigidez,
salivación excesiva, bradiquinesia, acatisia, distonía aguda.
Las drogas antiparkinsonianas de tipo anticolinérgico pueden indicarse,
pero
no deberían administrarse en forma rutinaria como medida preventiva.
Disquinesia Tardía: Como con todas las drogas antipsicóticas, en algunos
pacientes bajo tratamiento a largo plazo o al discontinuar el
tratamiento
puede aparecer disquinesia tardía.
El síndrome se caracteriza principalmente por movimientos rítmicos
involuntarios de la lengua, cara, boca o mandíbula. Las manifestaciones
pueden ser permanentes en algunos pacientes.
El síndrome puede enmascararse cuando se reinstituye el tratamiento,
cuando la dosis se aumenta o cuando se hace un cambio a otra medicación
antipsicótica. El tratamiento debería discontinuarse tan pronto como sea
posible.
Síndrome Neuroléptico Maligno: Al igual que otras drogas antipsicóticas,
Haloperidol fue asociado con síndrome neuroléptico maligno, una rara
respuesta idiosincrásica caracterizada por hipertermia, rigidez muscular
generalizada, inestabilidad autonómica, alteración de la conciencia.
Frecuentemente la hipertermia es un signo precoz de este síndrome. El
tratamiento antipsicótico deberá suspenderse inmediatamente e instituir
apropiadas medidas de sostén y monitoreo.
Otros Efectos del SNC: Ocasionalmente se han reportado: depresión,
sedación, agitación, somnolencia, insomnio, cefaleas, confusión,
vértigo,
convulsiones de tipo gran mal y aparente agravamiento de síntomas
psicóticos.
Síntomas Gastrointestinales: Se han reportado náuseas, vómitos, pérdida
del
apetito y dispepsia. Pueden producirse alteraciones de peso.
Efectos Endócrinos: Los efectos hormonales de los neurolépticos
antipsicóticos incluyen hiperprolactinemia, que puede causar galactorrea,
ginecomastia y oligo o amenorrea. Se han reportado muy pocos casos de
hipoglucemia y síndrome de secreción inapropiada de ADH.
Efectos Cardiovasculares: En algunos pacientes se ha producido
taquicardia
e hipotensión. Muy raramente se han reportado prolongaciones del
intervalo
Q-T y/o arritmias ventriculares, predominantemente durante el
tratamiento
con Haloperidol por vía parenteral. Pueden ocurrir más frecuentemente con
altas dosis y en pacientes predispuestos.
Misceláneas:
Ocasionalmente se han reportado casos de disminución del
recuento de glóbulos, el cual fue leve y generalmente transitorio.
Solo en raros casos se ha reportado agranulocitosis y trombocitopenia, y
generalmente en asociación con otra medicación.
Se han reportado casos aislados de anomalías en la función hepática o
hepatitis, más frecuentemente colestásica.
Reacciones de hipersensibilidad como rash, urticaria y anafilaxia son
excepcionales.
Otros efectos adversos ocasionalmente reportados son: constipación,
visión
borrosa, sequedad bucal, retención urinaria, priapismo, disfunción
eréctil,
edema periférico, sudoración o salivación excesiva, pirosis, falta de
regulación de la temperatura corporal.
Farmacocinética:
Los niveles plasmáticos máximos de haloperidol se producen entre 2 y 6
horas después de la administración oral y a los 20 minutos
aproximadamente
después de la administración intramuscular. Después de la administración
oral, la biodisponibilidad de la droga es del 60-70%.
La vida media
plasmática (eliminación final) es de 24 horas (rango = 12-38) después de
la
administración oral y de 21 horas (rango = 13-36) después de la
administración intramuscular. Se ha sugerido que se requiere una
concentración plasmática de haloperidol variable entre 4 μg/l hasta un
límite
máximo de 20 a 25 μg/l para que se produzca la respuesta terapéutica.
Haloperidol cruza la barrera hematoencefálica fácilmente.
La unión a proteínas es del 92%.
La excreción se produce con las heces
(60%) y con la orina (40%). Aproximadamente el 1% de haloperidol ingerido
se excreta sin cambios por la orina.
El volumen de distribución a estado
estable (VDss) es grande (7.9 + 2.5 l/kg).
Existe una gran variabilidad inter-individual, pero una escasa
variabilidad
intra-individual, en las concentraciones plasmáticas de haloperidol y en
la
mayoría de los parámetros farmacocinéticos.
Como con muchas otras
medicaciones, que se metabolizan en el hígado, esta variabilidad puede
explicarse parcialmente por el paso metabólico reversible de
oxidación/reducción que se produce en el hígado. Otros pasos metabólicos
incluyen N-dealquilación oxidativa y glucuronidación.
Contraindicaciones:
Haloperidol está contraindicado en estados comatosos, depresión del SNC
debida a alcohol u otras drogas antidepresivas; enfermedad de Parkinson,
conocida hipersensibilidad al Haloperidol, lesión de los ganglios de la
base.
Advertencias:
Se han reportado casos aislados de muerte súbita en pacientes
psiquiátricos
recibiendo medicaciones antipsicóticas, incluyendo Haloperidol. Dado que
se
ha observado prolongación del intervalo Q-T durante tratamientos con
Haloperidol, se aconseja precaución en aquellos pacientes con determinadas
condiciones que prolonguen dicho intervalo (síndrome Q-T, hipokalemia,
drogas que prolongan el intervalo Q-T), especialmente si se administra
Haloperidol por vía parenteral.
Debido a que Haloperidol es metabolizado en el hígado, se recomienda
precaución en pacientes con enfermedad hepática.
Se reportó que Haloperidol puede actuar como desencadenante de
convulsiones. Se aconseja precaución frente a pacientes epilépticos o
con
factores que predispongan a las convulsiones (ej: abstinencia alcohólica
o
daño cerebral).
La tiroxina puede facilitar la toxicidad de Haloperidol. Por lo tanto,
debería
emplearse con gran precaución en pacientes hipertiroideos. El
tratamiento
antipsicótico en dichos pacientes debe acompañarse siempre de un
adecuado
tratamiento para la disfunción tiroidea.
En esquizofrenia, la respuesta al tratamiento antipsicótico puede estar
demorada. Al mismo tiempo, cuando se dejan de administrar las drogas, la
recurrencia sintomatológica puede no evidenciarse por varias semanas o
meses.
Síntomas agudos de abstinencia como náuseas, vómitos e insomnio
han sido raramente descriptos después de la interrupción brusca de la
administración de altas dosis de drogas antipsicóticas. También puede
producirse una recaída aconsejándose la interrupción gradual del
tratamiento.
Como con todos los antipsicóticos, Haloperidol no debería utilizarse solo
en
aquellos casos en los que la depresión es predominante. Puede combinarse
con antidepresivos para tratar esos casos en los que coexiste psicosis y
depresión.
Si se requiere medicación antiparkinsoniana concomitante, esta deberá
continuarse aún después de haber discontinuado la administración de
Haloperidol si su excreción es más rápida que la de Haloperidol de manera de
prevenir el desarrollo o la agravación de síntomas extrapiramidales. El
médico deberá recordar el posible incremento de la presión intraocular
cuando se administran drogas anticolinérgicas, incluyendo drogas
antiparkinsonianas, concomitantemente con Haloperidol.
Precauciones:
Embarazo y Lactancia:
Haloperidol demostró no producir incrementos significativos en cuanto a
anomalías fetales en estudios en un gran número de pacientes. Se han
reportado casos aislados de defectos en el nacimiento después de la
exposición fetal al Haloperidol, principalmente cuando se administró
concomitantemente con otras drogas. Haloperidol debería ser usado durante
el
embarazo sólo si los beneficios posibles justifican los riesgos
potenciales
para el feto.
Haloperidol se excreta por la leche materna. Si el uso de Haloperidol se
considera esencial, los beneficios de la lactancia natural deberán
balancearse
frente a los riesgos potenciales. Se han observado síntomas
extrapiramidales
en niños.
Efectos sobre la capacidad de conducir y utilizar
maquinaria:
Puede producirse algún grado de sedación o de pérdida del alerta mental,
particularmente cuando se emplean altas dosis y al iniciar el
tratamiento y
puede potenciarse por efecto del alcohol. Los pacientes deberían ser
aconsejados de no conducir automóviles o manejar maquinarias durante el
tratamiento, hasta conocerse su susceptibilidad.
Inteteracciones
medicamentosas:
Al igual que con todos los neurolépticos, Haloperidol puede incrementar la
depresión del sistema nervioso central producida por otros depresores
del
SNC, incluyendo alcohol, hipnóticos, sedantes y analgésicos potentes.
También se ha reportado un aumento del efecto central cuando se combina
con metildopa.
Haloperidol puede anular el efecto antiparkinsoniano de la levodopa.
Haloperidol inhibe el metabolismo de antidepresivos tricíclicos,
aumentando
así los niveles plasmáticos de estas drogas.
En estudios farmacocinéticos se han reportado aumentos leves o moderados
de los niveles de haloperidol cuando se administró concomitantemente con
las siguientes drogas: quinidina, buspirona, fluoxetina. Puede ser
necesario
reducir la dosis de haloperidol.
Cuando se agrega a la terapia con Haloperidol un tratamiento prolongado
con
drogas inhibidoras de las enzimas hepáticas como carbamacepina,
fenobarbital, rifampicina, puede producirse una significativa reducción
de
los niveles plasmáticos de haloperidol. Por lo tanto, durante terapias
combinadas, la dosis de Haloperidol debería ajustarse según necesidad.
Después de interrumpir el tratamiento con dichas drogas, puede ser
necesario
reducir la dosis de Haloperidol.
En raros casos se reportaron los siguientes síntomas durante el
tratamiento
concomitante de litio y haloperidol: encefalopatía, síntomas
extrapiramidales, disquinesia tardía, síndrome de hipertermia maligna,
trastornos cerebrales, síndrome cerebral agudo y coma. La mayoría de
estos
síntomas fueron reversibles. Aún permanece sin aclarar si esto
representa
una entidad clínica distinta.
De todos modos, se aconseja que en pacientes tratados concomitantemente
con litio y Haloperidol, el tratamiento debería interrumpirse
inmediatamente si
dichos síntomas aparecieran.
Se ha reportado un antagonismo del efecto anticoagulante de fenindiona.
Haloperidol puede antagonizar la acción de la adrenalina y otros agentes
simpaticomiméticos y revertir los efectos antihipertensivos de los
agentes
bloqueadores adrenérgicos como la guanetidina.
Sobredosis:
Síntomas:
Las manifestaciones consisten en una exageración de los ya
conocidos efectos farmacológicos y de las reacciones adversas. Los
síntomas
más relevantes son: reacciones extrapiramidales severas, hipotensión y
sedación. Una reacción extrapiramidal se hace manifiesta por rigidez
muscular y temblor generalizado o localizado. También puede producirse
hipertensión más que hipotensión.
En casos extremos, el paciente puede parecer comatoso con depresión
respiratoria e hipotensión lo suficientemente severa como para producir
un
estado similar al shock. Debería considerarse el riesgo de arritmias
ventriculares, posiblemente asociadas con prolongación del intervalo QT.
Tratamiento:
No existe un antídoto específico. El tratamiento consiste en
medidas de sostén pero se aconseja el lavado gástrico o la inducción de
emesis (a menos que el paciente se encuentre confuso, comatoso o
convulsivo) seguido de la administración de carbón activado.
En pacientes comatosos, se deberá establecer una vía aérea permeable
mediante una vía orofaríngea o un tubo endotraqueal. La depresión
respiratoria puede requerir respiración artificial.
Se deberá controlar el ECG y los signos vitales, este monitoreo debería
continuar hasta que el ECG sea normal. Las arritmias severas deberán
tratarse con medidas antiarrítmicas apropiadas.
El colapso circulatorio y la hipotensión deberán ser contrarrestadas
mediante
el uso de fluidos intravenosos, plasma o albúmina concentrada y agentes
vasopresores como dopamina o noradrenalina. No debería usarse
adrenalina,
ya que puede producir profunda hipotensión en presencia de Haloperidol.
En casos de severas reacciones extrapiramidales, se deberá administrar
por
vía parenteral medicación antiparkinsoniana (ej: mesilato de benzotropina
1 a
2 mg IM o IV).
En caso de sobredosis concurrir al centro asistencial más próximo o
comunicarse con el Centro de Intoxicaciones.
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